Por Raúl Ruiz Jiménez, técnico de mundonatural
La infección de orina está provocada por la invasión de microorganismos en el tracto urinario. Puede producirse por dos vías diferentes: por el extremo inferior de las vías urinarias (abertura en la punta del pene o de la uretra, según se trate de un hombre o de una mujer), que es el caso más frecuente; o bien a través del flujo sanguíneo, en cuyo caso la infección afecta directamente a los riñones.
Las infecciones de las vías urinarias más habituales son las producidas por bacterias, aunque también pueden presentarse a causa de virus, hongos o parásitos. De muchas de ellas es responsable la bacteria llamada Escherichia coli, que normalmente vive en el intestino. Por ello, es muy importancia mantener una flora bacteriana equilibrada, lo que nos ayudará en más de un 90% de los casos a evitar estas infecciones urinarias producidas por microorganismos o gérmenes.
En el caso de los hombres, las infecciones más frecuentes son las persistentes en la próstata. En las mujeres son las infecciones de la vejiga después de mantener relaciones sexuales o por unos hábitos incorrectos de higiene. Las infecciones repetidas de la vejiga en las mujeres son originadas por una conexión anómala entre ésta y la vagina.
Tipos de infecciones
- Bacteriuria: Es la presencia de bacterias que aparecen en un análisis de orina.
- Infecciones de tracto urinario inferior: Son de varios tipos: la cistitis se produce en la vejiga, mientras que la uretritis se localiza en la uretra. En el caso de los hombres, la infección urinaria puede producirse en la próstata (prostatitis) o en los conductos encargados de la producción y excreción del semen.
- Infecciones de tracto urinario superior: Se denomina así a otro tipo de infecciones más graves, como la pielonefritis aguda, que afecta a los riñones.
- Infecciones urinarias no complicadas: Son infecciones banales que no presentan otras patologías, como la cistitis.
- Infecciones urinarias complicadas: Cuando existen otras patologías como alteraciones metabólicas, inmunodepresión o la aparición de patógenos inusuales. Pueden afectar tanto a niños como a mujeres embarazadas y hombres.
- Infecciones urinarias recurrentes: Son infecciones que vuelven a aparecer causadas por el mismo microorganismo o por otro.
- Infección urinaria crónica: cuando no termina de desaparecer a pesar de los tratamientos.
Estas infecciones se pueden deber a:
- Si tenemos una próstata dilatada, esta puede frenar el flujo de orina, por lo que se incrementa el riesgo de infección.
- Al someternos a exámenes mediante tubos o catéteres o que necesitan sondas pueden desarrollar más fácilmente infecciones procedentes de dichos instrumentos.
- Las personas mayores se ven afectados por este tipo de infecciones con mayor frecuencia, así como las que sufren una disminución del sistema nervioso, que les impide controlar la vejiga a voluntad.
- Por otra parte, cualquier desorden que produzca una supresión en el sistema inmune incrementa el riesgo de sufrir una infección urinaria infecciones.
- También se dan en bebés nacidos con alguna deformación del tracto urinario, que a menudo han de ser corregidos mediante cirugía.
Una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable nos pueden ayudar a prevenir una infección urinaria; también es recomendable no retener la orina y beber agua de forma habitual, ya que esto favorecerá la diuresis.
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